Un Adviento muy necesario
Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle
- T+
- T-
Padre Hugo Tagle
Los cristianos comenzamos la preparación al nacimiento de Jesús, el Adviento. Año a año, se repite esta expectativa mágica de Dios que se hace uno de nosotros para hacernos, a su vez, más parte de Él. Misterio enorme. Pero así es la fe. Un moverse a tientas por la vida, con la única certeza que regala la experiencia personal y comunitaria, en este caso en la Iglesia, de que Dios nos acompaña, está a nuestro lado, nos conoce, se hizo uno de nosotros. La experiencia de saberse seguro en su presencia, quien siempre muestra la luz al final del túnel.
Navidad ya es patrimonio universal. ¿Qué celebran en esta fecha los no cristianos o no creyentes? Sin duda mucho de lo que brota de ese pesebre humilde y sencillo de Belén: sencillez, familia, generosidad, paz. Nadie queda indiferente ante el nacimiento de un niño. Y menos si nace en un pesebre.
Los cristianos tenemos la responsabilidad de mostrar y vivir ese Jesús que nos lleva a ser mejores personas y construir así una mejor sociedad. Navidad no tiene nada de cándido: es desafío, mirada crítica a un entorno que debe ser mejor, más justo, digno, en paz.
Viviremos un Adviento y Navidad distintos. Por la crisis social, debería llevarnos a mayor reflexión, interioridad, invitación al encuentro con el otro. Es buena hora para hacernos el propósito de un cambio en la vida personal, familiar y comunitaria. ¿Cómo estoy terminando el año? ¿Qué puedo aportar yo para hacer de mi familia, mi barrio, mi empresa, Chile en último término, un lugar más feliz, donde nos queramos y respetemos más? Nadie es tan insignificante para no dar algo. Y dando, se recibe. Entre más compartimos, tanto más crece la capacidad de amar, de ser mejores personas, una mejor sociedad.
Seguro viviremos una Navidad más austera. Pero, ¡celebremos bien! Que ningún habitante de Chile se quede sin un regalo. Súmese a las campañas solidarias de cajas de Navidad. Si puede, regale usted personalmente a alguien necesitado. Piense desde ya en una visita a alguien solo o enfermo.
El domingo 8 de diciembre es la fiesta de la Inmaculada Concepción. Cientos de miles peregrinarán a los santuarios marianos, sobre todo a Lo Vásquez. Serán menos que otros años, por las dificultades en el transporte y, lamentablemente, temor ante posibles desmanes. Dios quiera que no pase nada y se vea sólo alegría, fe, oración y comunidad. Será una inyección de necesaria esperanza en este tiempo complejo. Una nueva muestra de esa fe granítica, profunda, de nuestro pueblo. Presupuesto necesario para un Chile nuevo, más justo, digno y fraterno.